miércoles, 3 de julio de 2013

Cinema paradiso

Cinema paradiso -  - 1988


Cinta indispensable para toda persona que se considere amante del buen cine, y para todo el mundo en general.

Una película que llevo posponiendo mucho tiempo, tal vez porque no me consideraba lo suficientemente maduro para apreciarla  como debe de ser , y ahora q la he visto, he conseguido apreciarla pero no sé si soy capaz de escribir sobre ella, no sé ni por dónde empezar.

Una historia de amor contada dentro de otra, una historia que es una auténtica declaración de amor al séptimo arte. Una historia de un niño y un operador de cámara que crean unos lazos más fuertes que nada en este mundo, y comparten esa pasión por el cine, por los sueños proyectados, por esas grandes historias de pasión, odio y terror que te transportan a otros mundos y a otras épocas, que te hacen vivir situaciones más allá de la imaginación, y que aunque sea por unas horas te aleja de todos tus problemas y del mundo que te rodea, ya sea un mundo de guerra, pobreza o riqueza.



Y dentro de esta historia, otra que cuenta la pasión que comparten dos jóvenes amantes que por ciertas circunstancias y antojos del destino, no pueden compartir su camino, un camino que lleva a Toto a una vida de triunfos, fama y mujeres, pero una vida vacía al fin y al cabo, una vida sin su alma gemela, sin sus abrazos ni sus besos. En un fragmento de la película se dice que al igual que el fuego acaba convirtiéndose en cenizas, el amor acaba desvaneciéndose para que surjan nuevos, pero aunque sea así, ningún amor será como el primero, y ningún fuego sustituirá al original, al que te dio la vida.  Por eso en todas las mujeres que conoce Toto siempre la busca a ella, a su mirada,  a su expresión y a sus hermosos ojos azules.

Historias acompañadas por la música de Ennio Morricone, una música que comparte el ritmo con la película, una música compuesta y tocada con el corazón, con sentimiento, que llega a lo más profundo de tu ser y que al igual que la película será recordada y perdurara a lo largo de la historia del cine.



Una cinta preciosa, con un marcado estilo italiano, con un guion soberbio y un ritmo ágil pero pausado, con un final maravilloso,  de los qua a muchos les hará coger un pañuelo, un final que es un auténtico homenaje al cine y a todos esos besos y gestos de pasión que robo la censura al cine, a todos esos besos que jamás tuvimos por no compartir el camino, y sobre todo a todos esos besos que jamás tuvo Toto de su amada, de la mujer por la que su corazón latía.




Una autentica obra de arte, poesía cinematográfica. 


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